Presentación

jueves, 26 de julio de 2012

¿La PUCP como botín internacional?



Quienes hasta el año pasado decían que las propiedades de la PUCP debían administrarlas terceros nombrados por la Iglesia, ahora dicen que toda la PUCP es de la Iglesia, y por ello se asumen con derecho de decidir todo lo que tenga que ver con ella: desde los inmuebles hasta la suerte de los venados y ardillas del campus, pasando por la línea académica y la organización institucional. Este cambio se inició en julio del año pasado, cuando empezaban a desinflarse los procesos judiciales sobre la herencia de Riva-Agüero, que habían sido irregularmente concesivos con el Arzobispado de Lima.


Debido a que la intervención a través del Arzobispado de Lima perdía fuerza, el cambió de estrategia para intervenir la PUCP empezó a involucrar otras instancias de la Iglesia Católica. Pero la lógica subyacente ha sido casi siempre la misma: quienes creemos en Cristo y seguimos la fe católica debemos aceptar, sin dudas ni murmuraciones, lo que ordenen quienes deben guiarnos espiritualmente, aunque tales órdenes nada tengan que ver con lo espiritual. Así de totalitario.

Es difícil decirlo, pero parece que así funcionan las cosas.

El ahora famoso decreto que prohíbe a la PUCP usar los términos Pontificia y Católica como parte de su denominación refleja el interés desde el Vaticano por absorber a una de las principales universidades de nuestro país.